Teresa nunca fue alguien a quien le gustaran las normas, la rutina, las cosas simples o triviales. Solo cree en las cosas hechas con personalidad, pero no olvida sus raíces.
Por eso nuestras nueces caramelizadas son como ella.
La dulzura de sus manos se transmite en la delicadeza de sus nueces caramelizadas, en la fina y atenta capa crujiente, al sabor de la nuez y, sin restar protagonismo a la persona que les da su impronta, imprime a la elaboración su carácter afable y natural.